Su Majestad el Rey dirige un discurso a la Nación con motivo del 66° aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo

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Discours de Sa Majesté le Roi à l'occasion du 66ème anniversaire de la Révolution du Roi et du Peuple
Su Majestad el Rey Mohammed VI dirigió, este martes, un discurso a la Nación con motivo del 66° aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo.

He aquí el texto íntegro del discurso real:

 

"Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia y compañeros,

Querido pueblo,

Como bien hemos venido haciendo todos los años, y con el mismo sentimiento de orgullo, hoy celebramos el aniversario de la Gloriosa Revolución del Rey y del Pueblo.

Esta es una ocasión que nos permite rememorar la movilización y el compromiso colectivos que la distinguen cuando se trata de los valores de patriotismo, sacrificio y recíproca lealtad.

Queremos que esta efemérides sea constantemente renovada, y su antorcha transmitida de generación en generación.

Bien ha afirmado Nuestro venerado Abuelo, Su Majestad el Rey Mohammed V, Dios le tenga en su Gloria, tras su vuelta del exilio, que “hemos regresado de la lucha menor para emprender la lucha mayor”.

Esto mismo es lo que ha cumplido su Compañero de lucha, Nuestro llorado Padre, Su Majestad el Rey Hassan II, cuya vida consagró al afianzamiento de los cimientos del moderno Estado marroquí, con sus instituciones democráticas y opciones socioeconómicas y de derechos humanos.

Henos aquí ahora portando esa antorcha con el fin de llevar a buen puerto la misión que nos ha sido asignada y desempeñar la tarea que nos ha sido confiada para servir a nuestro pueblo, con todo orgullo.

Querido pueblo,                                       

Hemos procurado que el ciudadano marroquí sea el centro y fin último de la operación de desarrollo.

En este sentido, siempre hemos adoptado un enfoque asociativo e integrador en el tratamiento de las grandes cuestiones del país, con la participación de todas las fuerzas vivas de la Nación.

He aquí justamente el objetivo que buscamos con la creación de la Comisión especial dedicada al modelo de desarrollo, a la que vamos a encargar, en breve, el tratamiento de este decisivo tema.

En este sentido, queremos que desempeñe una función triangular de evaluación, predicción y proyección, a fin de emprender el camino hacia el futuro con total confianza.

En este contexto queremos subrayar el carácter nacional de la  labor de la Comisión y de las recomendaciones que de la misma vayan a emanar, así como del modelo de desarrollo que ambicionamos, un modelo plenamente marroquí.

Por otra parte, han de proponerse las herramientas idóneas para la implementación, ejecución y seguimiento, así como los enfoques que permitan a los marroquíes apropiarse este modelo, participando colectivamente en el esfuerzo que busca su éxito.

Nuestra ambición es que la nueva fórmula del Modelo de Desarrollo venga a constituir una base sólida para la eclosión de un nuevo contrato social en el que todos tomen parte, ya se trate del Estado y de sus instituciones, o de las fuerzas vivas de la Nación, tanto del sector privado, como de las formaciones políticas y sindicales, organizaciones asociativas y la generalidad de los ciudadanos.

En el mismo sentido, queremos que sea el zócalo de la nueva etapa, cuyas características hemos dejado definidas en el último Discurso del Trono, una etapa de responsabilidad y de despegue general.

Querido pueblo,

La finalidad que yace detrás de la renovación del modelo de desarrollo y de los proyectos y programas que Hemos lanzado, no es otra sino el progreso de Marruecos, la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos y la reducción de las disparidades sociales y espaciales.

En realidad, los sectores que más acusan las difíciles condiciones de vida, se hallan sobre todo en el mundo rural y en las periferias de las ciudades.

Estos sectores necesitan mayor apoyo e interés por sus condiciones así como una acción continua para responder a sus necesidades imperiosas.

Por esta razón, no paramos de llamar a la promoción del mundo rural, a través de la creación de actividades generadoras de ingresos y empleo, acelerando el ritmo de acceso a los servicios sociales básicos, apoyando la escolarización y combatiendo la pobreza y la precariedad.

En este contexto se enmarca el ambicioso programa nacional que busca limitar las disparidades en el mundo rural y al cual se han dedicado aproximadamente 50 mil millones de dirhams durante el periodo que va de 2016 a 2022.

Por su parte, estos sectores están llamados a tomar la iniciativa y obrar por el cambio de su situación social y la mejora de sus condiciones.

Entre los medios que pueden facilitar esta tarea, se halla la voluntad de aprovechar la generalización de la enseñanza y las oportunidades brindadas por la formación profesional y los programas sociales nacionales.

Paralelamente a todo ello, se deben aprovechar todas las posibilidades existentes en el mundo rural, principalmente las tierras agrícolas de las colectividades étnicas, para cuya movilización hemos llamado, con el objetivo de llevar a cabo proyectos de inversión en el dominio agrícola.

En este contexto hay que insistir sobre el hecho de que el esfuerzo del Estado no basta por si sólo para garantizar el éxito de esta gran operación.

Sino que se debe apoyar mediante iniciativas y proyectos del sector privado, a fin de aportar una fuerte dinámica a la inversión agrícola, y a los oficios y servicios relacionados con este dominio, particularmente en el mundo rural.

En este contexto queremos insistir sobre la necesaria y total coordinación entre los sectores concernidos.

En el mismo sentido, invitamos a aprovechar las oportunidades y posibilidades que ofrecen los demás sectores, no precisamente agrícolas, como pueden ser el turismo rural, el comercio, las industrias locales, etc., con vistas a impulsar el desarrollo del mundo rural y promover las condiciones de sus habitantes, particularmente a través del fomento de la iniciativa privada y el autoempleo.

En este marco quiero volver a insistir sobre la importancia que reviste la formación profesional en la preparación de la juventud, particularmente en los pueblos y periferias de las ciudades, con vistas a su integración productiva en el mercado del empleo y su participación en el desarrollo del país.

En efecto, la obtención del bachillerato y el acceso a la universidad no constituyen un privilegio, sino simplemente una etapa de la enseñanza, ya que lo más importante es llegar a tener una formación que abra los horizontes hacia la integración profesional y la estabilidad social.

En este sentido, y para la integración de la juventud, seguiré insistiendo sobre el papel de la formación profesional y del trabajo manual:

Empezando por los oficios de la artesanía, con todo cuanto aportan a sus profesionales en términos de ingresos y vida digna,

pasando por la industria alimentaria y las profesiones relacionadas con la agricultura, y que deben ser centradas en las zonas de producción, según las potencialidades de cada región,

para acabar en la disposición de competencias nacionales, para el turismo y los servicios, así como para las nuevas profesiones de Marruecos, tales como la industria automotriz y aeronáutica, y el dominio de las nuevas tecnologías.

Así pues, la promoción de la formación profesional se erige en necesidad acuciante, no sólo con vistas a crear oportunidades de empleo sino también para preparar Marruecos a relevar los desafíos de la competitividad económica y seguir los desarrollos mundiales en los diferentes ámbitos.

Querido pueblo,

La sociedad es como una casa, cuya estructura se complementa, y sus sólidas fundaciones descansan en la clase media; las demás clases constituyen el resto de sus componentes. 

Gracias a Dios, Marruecos, a partir de los últimos años, empieza a dotarse de una clase media que representa una fuerza productiva y un factor de cohesión y estabilidad.

En consideración de la importancia que reviste para la estructuración social, se hace necesario obrar por preservar sus componentes y disponer las condiciones apropiadas para reforzarla y ampliar su base, abriendo los horizontes de promoción ante la misma y viceversa. 

He aquí unos desafíos que sólo podrán ser superados si se logra alcanzar índices elevados de crecimiento, se crean más riquezas y se realiza la justicia en la distribución de sus frutos.

Durante las dos últimas décadas, Marruecos ha registrado un índice de crecimiento económico que induce al optimismo, a pesar de clasificarse en función de los indicadores y criterios aplicados a los países productores de petróleo y gas.  

Más allá del debate en torno a los niveles e índices de crecimiento, lo más importante es obrar por la superación de los obstáculos que se erigen ante la realización de un crecimiento económico elevado y sostenible, capaz de garantizar la prosperidad social.

Por otra parte, consideramos que la aplicación íntegra y óptima de la regionalización avanzada y de la Carta de la desconcentración administrativa, constituye la mejor herramienta y la más eficaz para incrementar la inversión territorial productiva y favorecer la justicia espacial.

Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos desplegados y de las leyes adoptadas, quedan numerosos expedientes que siguen tratándose en las administraciones centrales en Rabat, con toda la lentitud y demora que ello acarrea para la realización de los proyectos, que incluso a veces, llegan a abandonarse.

En este contexto, invito al Gobierno a otorgar prioridad a esta cuestión y a obrar por la corrección de las disfunciones administrativas, buscando las competencias cualificadas, tanto a escala regional como local, para relevar los desafíos de esta nueva etapa.

He aquí una responsabilidad compartida. En efecto, hemos alcanzado una etapa que no admite vacilación o error alguno; una etapa en la que hemos de hallar soluciones a los problemas que obstaculizan el desarrollo en nuestro país.

En este punto, he de decir que no debemos sentir pudor alguno por nuestros puntos flojos o por los errores que salpicaron nuestro proceso; todo lo contrario, los debemos aprovechar y sacar lecciones para corregir las disfunciones y enderezar el camino.

Querido pueblo,

La Gloriosa Epopeya del 20 de agosto se llevó a cabo para liberar a la Nación y recuperar su independencia.

Ahora se está afianzando mediante la lucha mayor que libramos a favor del progreso y la prosperidad del ciudadano marroquí.  

Así pues, comprometidos estamos para seguir portando su antorcha, que es la mejor fidelidad que se puede tener a la memoria de los virtuosos mártires de la Nación, y el mayor estímulo para honrar a los hijos de Nuestro fiel pueblo, respondiendo a sus legítimas aspiraciones. 

Como dijo nuestro Abuelo, el Enviado de Dios, la oración y el saludo sean sobre Él:

“La mejor ganancia es aquella que la persona obtiene del trabajo de la mano propia”.

Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh".

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